Para mostrar la forma de un objeto, es necesario controlar la cantidad de luz y de sombra que caen sobre él. Esto se debe al grado de las sombras y a la suavidad del borde de la sombra que constituyen factores importantes a la hora de indicar eficazmente el volumen. Para conseguir el efecto deseado hay que tener en cuenta la dirección, la fuerza y la calidad de luz que se va a emplear.
La dirección de la luz. Se puede reforzar la forma aparente de un objeto, modificando la posición de la luz para conseguir el equilibrio justo de luz y de sombra. Aunque la iluminación delantera resulta ideal para demostrar la figura y los detalles, revela poca forma por falta de sombras visibles. La iluminación lateral es una solución ideal puesto que proporciona una mezcla igual de luz y de sombra. Este grado de sombra a través de la imagen da una impresión de profundidad.
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